México: de la comodidad a la competencia

Cortesía de Mexican Telecom Forum — A dos años de la Reforma Constitucional en Materia de Telecomunicaciones, el mercado mexicano ha comenzado a mostrar los primeros signos de cambio. La entrada de AT&T y la consolidación de Axtel y Alestra —que impactará fundamentalmente en el negocio fijo pero también significará la posibilidad de ofrecer servicios cuádruple play— aparecen como los primeros movimientos de la industria para posicionarse mejor en el mercado y tratar de aprovechar la regulación asimétrica para quitarle participación de mercado al preponderante América Móvil (que opera en el país con las marcas Telmex y Telcel).

El año 2016 será un año clave en el mercado ya que se esperan licitaciones de espectro para 4G — el Intituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) ya inició el proceso para otorgar las bandas AWS— y para la red compartida en 700 MHz, que se espera atraiga no solo inversiones extraordinarias, sino también un gran número de operadores móviles virtuales (MVNOs) al mercado mexicano.

La llegada de AT&T

El mercado de la telefonía móvil se presenta después de muchos años como uno de los más dinámicos de la región latinoamericana. Tradicionalmente un mercado dormido debido a la preponderancia de Telcel (América Móvil), los problemas financieros de Iusacell y la comodidad de Telefónica —Nextel no contaba con suficiente fuerza ni foco de mercado para alterar la estrategia de ninguno de los tres—. La composición del mercado no era propicia para que ninguno de los jugadores se atreviera a alterar el status quo.

Pero en los últimos tiempos, esta situación se ha revertido, y donde antes reinaba la calma ahora se presentan tormentas, positivas y necesarias, que pueden modificar un mercado claramente deficiente en el ámbito competitivo si se compara con otros mercados de la región.

Quizá el golpe de efecto más llamativo, y posiblemente el que más altere las fuerzas competitivas en el sector de las comunicaciones móviles, sea el desembarco de AT&T, que lo hizo mediante la adquisición de dos operadores diametralmente opuestos en su concepto del negocio, pero ya no tanto en la composición de su infraestructura, ya que ambos habían iniciado el camino hacia la 3G y 4G desde redes CDMA y iDEN. Por un lado, el operador norteamericanos anunció y llevó a cabo la compra del problemático operador Iusacell por un total de 2.500 millones de dólares. La operación había sido aprobada a mediados de diciembre de 2014 por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel). Poco después y sin dejar tiempo al mercado a reaccionar, AT&T anunciaba la compra de Nextel México por 1.875 millones de dólares.

De esta forma, AT&T se posicionaba con con algo más de 12 millones de suscriptores —sumando los 9,2 millones de Iusacell y los cerca de tres millones de Nextel México— en el mercado mexicano, lo que le otorga un 10 por ciento de participación, por el 21 por ciento que posee Telefónica, y el 69 por ciento de Telcel. A pesar de la distancia entre AT&T y Telefónica, no parece que el operador norteamericano se conforme con esta posición y sus planes de inversión apuntaría a que no tiene ningún complejo en pretender romper de forma abrupta la dinámica del mercado.

“AT&T cuenta con el 10% del mercado, Telefónica con el 21% y Telcel el 69%”

Su CEO, Randall L. Stephenson, anunciaba que la compañía tenía previsto invertir aproximadamente unos 3.000 millones de dólares para expandir su red móvil de alta velocidad en México. Este monto, adicional a los casi 4.400 millones que la compañía pagó por la adquisición de Iusacell y Nextel, se desembolsará entre 2015 y 2018.

Para los operadores existentes en el mercado quizá las cifras de inversión no parezcan desorbitadas en términos absolutos relacionadas con lo que suelen invertir los operadores existentes, especialmente Telcel, cuyas cifras de inversión en los último años se asemejan a las propuestas por AT&T para los próximos tres años. Sin embargo, proporcionalmente hablando, las inversiones por usuario que realizara AT&T son muy superiores que el de sus competidores debido a sus respectivas participaciones de mercado.

Por un lado, AT&T demuestra con su anuncio de inversión, más lo invertido en la compra de los dos operadores, que tiene músculo financiero para hacer frente a los operadores existentes. México se encuentra con tres operadores de gran poder financiero en el mercado. Se podría argumentar que parte de la parálisis del mercado estos años se debía a que Telcel ejercía un poder parecido al de un monopolio del que se apoyaba Telefónica que se encontraba sola para intentar disputarle el mercado. Sin embargo, con la llegada de un actor poderoso financieramente hablando en sustitución de un operador con poco margen para inversiones faraónicas, provoca un estado de competencia por la segunda posición, donde los operadores en disputa ya no podrán ampararse en el paraguas del operador que ejercía una fuerza monopolística.

Por otro lado, AT&T no sólo tiene la fuerza financiera, sino el conocimiento del mercado y el desarrollo de nuevos negocios, pues no sólo cuenta ya con una red LTE robusta en Estados Unidos, sino que hace tiempo que inició su transformación a lo que vendría a ser el “Telco 2.0”. Todo este conocimiento proveniente de Estados Unidos puede ser un gran aliado para innovar en un mercado que debido a la baja competitividad no se ha mostrado de los más avanzados en cuanto a nuevos servicios, siempre hablando en términos relativos y en base a otros mercados de la región. Su capacidad de innovación y de unir como si fuesen un único mercado a México y Estados Unidos, con ofertas de servicios que incluyen la eliminación de los cargos de roaming entre ambos países —siempre y cuando el usuarios utilice las redes de AT&T en ambos—, con fuertes vínculos comerciales, le puede dotar de ciertas ventajas competitivas en sectores de alto ARPU.

En este sentido el operador asegura que su programa de expansión de la red LTE en México intentará replicar la infraestructura de alta calidad y alta velocidad que AT&T tiene en los Estados Unidos para crear la primera red de servicio de Norteamérica con cobertura a más de 400 millones de habitantes de ambos países. Para fines de 2016 espera que sus servicios lleguen a unos 75 millones de usuarios —dos tercios de la población— y a unos 100 millones de usuarios para fines de 2018.

Adicionalmente al programa de despliegue de infraestructura, AT&T anunció que en los próximos meses ofrecerá nuevos planes comerciales a sus usuarios que permitan aprovechar las ventajas de contar con una red de servicio binacional. La compañía también anunció el próximo lanzamiento de Google Play billing, un servicio para que los consumidores que tengan equipos Android puedan descargar aplicaciones, libros y música de Google Play, pagando desde la factura de su servicio telefónico. Esta será la primera experiencia de un servicio de este tipo en la región.

Publicado en Conectividad, Noticias.

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